lunes, 31 de diciembre de 2012

Camille, la mejor figura del Karma



Pensé que iba a ser normal como siempre; Sexo eso era, con una chica pero era sexo, normal y corriente con una chica que conocí en un bar una noche como cualquiera, pero no sabía que esto sería un Karma más para cargar, empezaré de una forma más sencilla. 

19 años, cabello negro hasta la cintura con mechones y ojos café, como me decían todos a mí me parecían miel pero eso no importaba, estaba sentada sola en la barra del bar lleno de luces y del aroma del sudor de los que estaban en la pista de baile unos seduciéndose entre ellos y los otros solo por pasar una canción que los habían obligado a bailar, en fin, estaba allí atragantándome con licor hasta que llegará alguno de mis amigos y me llevara a casa, o tal vez encontrara alguien quien me acompañara aquella noche, era la mitad del verano y hacía demasiado calor por eso llevaba un short, y una blusa caída tal recuerdo azul petróleo, pero no siempre había estado allí y no siempre tenía la sensación de estar eternamente ebria. 


Antes de ese verano tenía un “conocido” digámoslo; SI, tenía sexo con él cada vez que lo deseaba, y cada vez que lo llamaba, era como un servicio a domicilio, entras, sales y el placer siempre estaba allí hasta que un día me dijo que deseaba dejar de hacerlo, se había enamorado y no precisamente de mí, allí comenzó todo, y el motivo por el cual comencé a refugiarme en aquel bar, había demasiada gente que conocía y otra que no, unos que llevan unos días y otros que se iban. Aquel chico que me dejó a puertas de este largo verano me había encontrado en la facultad de Artes, era algo parecido a una weirdo, bonita, pero RARA, Como solían decir los amigos de mi hermana. La primera vez que lo vi, estaba sin camisa en medio de un salón esperando que lo pintaran. Si, yo llegaba tarde siempre a las clases de pintura corporal, además sabía que hoy nos visitaría uno de esos modelitos baratos, cuando entre sin culpa tumbe el cuadro que estaba a la derecha de la puerta, y así hice mi entrada “triunfal” en el medio de las risitas y los murmullos me senté: me toco la mesa con el cabestrillo de la mitad, era el único asiento vacío, y quería devanar mi cerebro y desaparecer. 





El chico solo sonreía, me sonreía o quizás así pensé que era, lo dibuje lenta y cuidadosamente, fue como hacer una de las más deliciosas clases de postres, amaba dibujar pero nunca cuerpos, él lo había logrado en esos pocos minutos su sonrisa y mirada azul penetrante me estaban conmoviendo lo suficiente para hacerlo, y sentía como si todo en mi alrededor desapareciera, cuando termino la clase se puso su camisa y paso por cada uno de los cabestrillos, quizás se tardó un segundo más para apreciar mi dibujo, cuando salí lo entregue a la maestra e iba directo a la clase de escultura, pero en medio del camino, me lo tope parecía un fantasma porque ni siquiera lo escuché. 




-¿Gustas un café?- Dijo bastante sonriente. 

-No, muchísimas gracias tengo una clase y tú, ¿No deberías estar en el salón para la siguiente clase?- Conteste 

-Mi trabajo terminó por hoy con la maestra Caroline, ahora mi destino ha cambiado, y estoy tratando de llevar a una bella señorita a tomar un café- Dijo guiñando un ojo. 

-Como te dije tengo una clase, y no puedo fraternizar con los modelos de las clases iría contra mis propios principios. ¿por qué no te buscas una de las maniquie que estaban en la clase?- Dije mirándolo justo a sus penetrantes ojos azules. 

-Ok, no molesto más pero si, toma mi teléfono, solo si un día quieres salir a discutir sobre tus trabajos, me encantaría saber más- Dijo arrebatando mi teléfono del bolsillo y colocando su nombre, dirección y teléfono. 

Mark Stelling 

Columbus Ave, New York. 

5546790. 



Pasaron días enteros, entre trabajos y mirar mi teléfono y mirar su nombre allí colocado y su teléfono, y aunque las ganas me carcomían no lo iba a hacer; no lo llamaría. Pasaron los días, me vi desesperada y lo llame. Salimos a una cita un restaurante en la calle ocho, cerca de donde vivía y luego de ello, entre copas y risa todo termino con sexo. Por toda la casa, en el baño y en la sala, en todas partes. Cuando llegamos al cuarto, conocía cada punto nervioso para hacerme retorcer de placer, no sabía cómo lo hacía pero lo estaba logrando. 

Amaneció y yo seguía allí semi desnuda y mi ropa por todo el lugar, él estaba en la ducha, dejó la puerta abierta pensando que iba a entrar para otro round pero no iba a ser así, recogí mi ropa, me arregle, en eso momento antes de salir sin ser descubierta, estaba allí parado y arreglado. 
-¿Te vas sin siquiera decir adiós?, que chica por Dios- Dijo riendo. 

Conteste asustada y algo apenada: -no, no era mi intención solo…. que esto no debió pasar-

-¿No te gusto?-

-Sí, pero no es correcto-

-Hagamos esto, salgamos unas cuantas veces más, sin nada de sexo y luego miramos que pasa, ¿Qué dices?-

-Ok-, apunte mi teléfono en una libreta colocada en una mesa al lado derecho de la puerta.

Me despedí con un beso en el aire y salí corriendo. 





En la tarde recibí una llamada, era él, con su tono demandante y su tono risueño y conquistador, quería otra cita, así pasó un mes y decidimos ser “Amigos de sexo”. Algo extraño y loco, ninguno quería novio o novia, pero si sabíamos que las cosas eran buenas entre nosotros, podíamos estar con quien quisiéramos, después de que cumpliéramos con el compromiso. 

Eso, no termino nada bien, a mitad de Julio me soltó la bomba quede casi muerta. Le había tomado mucho cariño y no quería dejarlo ir. 




En fin, esa noche calurosa de verano, estaba allí con las ganas inmensas de no recordar nada, y allí apareció ella, de cabello negro con mechones castaños hasta la cintura, un pircing en la nariz, un short y una blusa caída de un lado. Me invito un trago, y se sentó al lado. 

-Mi nombre es Camille, y ¿tu?- 

-Moniqué, ¿Eres nueva por aquí? Nunca te había visto- 

-Algo así, solo vine esta noche y te vi y bueno, eres interesante, vas a acabar ebria y sola, ¿No te molesta que esté aquí o si?- 

-Para nada- 

Así continuamos hasta la madrugada, y me invito a pasar a la pista, hasta que terminamos mareadas y risueñas, la acompañe a su casa y en el camino, me robo un beso, quizás dos, cuando llegamos a la puerta de su apartamento ya estábamos conectadas y sabíamos que iba a pasar. 



Entramos en su pequeña morada, y comenzamos como haciendo un ritual, la ropa afuera, los cabellos sueltos y las sonrisas inolvidables, cada uno de los movimientos que hacíamos era aceptados, leía cada uno de ellos y se retorcía de placer, en cierta manera se parecía a él me lo recordaba en su manera agresiva de hacer las cosas en la cama y su manera sutil de arrancarme cada uno de los besos y las gotas de placer, y así hasta el amanecer, logré escapar de allí sin que me encontrará pero esa mujer era adictiva, era veneno, era como una cosa que no quería aceptar, y la odiaba, odiaba que se pareciera a él y estaba allí de nuevo mal por ella. Y por él. 




Terminaron por ser iguales, y dejándome peor que antes, como con una especie de Karma que estaba pagando así, y allí estaba en el bar con el aliento apestando a licor, y terminé sentada llorando y sin nadie a mi lado, ni él ni ella, y mis amigos ocupados con sus novias, quizás en cine o haciendo cosas interesantes y yo allí internada en el bar, donde una vez me rescato ella y donde un día me rescato el, Pagué la cuenta y perdida en lágrimas camine en las calles hasta encontrar un parque eran quizás las 12 o la 1. Pero habían muchos jóvenes allí todos esperando a que pasara algo increíble, encontré una banca y me senté no quería saber nada, pronto tomaría un taxi y me iría a casa, cuando allí los vi a ambos, Camille y Mark, riendo y tomados de la mano, se acercaron cuando me reconocieron, fue una rara e incómoda experiencia, pero allí estaban, al lado mío, preguntando el pasado y el futuro, escape prontamente y no esperé que ellos supieran nada de la relación que momentáneamente habían tenido conmigo. 



Eran las 10 de la mañana y así desperté, del más crudo sueño que había tenido, era más extraño de lo que quizás pude haber pensado que era real pero no fue así, hasta que la encontré a ella, al lado mío con una expresión bastante macabra, cuando miré estaba semi desnuda, pero era el karma, él estaba en la sala atado de pies y manos rogando por ayuda y yo, estaba a punto de terminar allí, logré escapar, pero la puerta estaba cerrada, y allí estaba riendo, solo que había una barra de hierro y cuando se acercó con las mordazas y con el arma, apunte directo a su cabeza, cuando reaccione estaba bajo el cuerpo de una mujer, ensangrentada. Era ella. 



Llamé a una ambulancia pero ya era demasiado tarde, Camille estaba muerta, y Mark bueno, solo estaba inconsciente, testificamos y quedamos libres, pero es aún el día que siento que estoy siendo perseguida por Camille, su espíritu era muy fuerte y ahora en la muerte, con Mark y aunque tengo miedo, sé que nada va a suceder, el próximo mes viajaremos a Europa a un Tour, y planeamos vivir juntos. Camille lo había hechizado y yo también había caído en eso, pero al terminar con ella, termino el hechizo. 




viernes, 14 de diciembre de 2012

Ella: El arte hecho figura.



Sexy y sonriente así la veía desde el otro lado de la calle cada vez que pasaba. Era alta, cabello largo rojizo, ojos marrón penetrante, brillante, su cuerpo para poseer un poco más de curvas era perfecta. Era hermosa y unos labios rojos pasión, tez blanca, podía describirla como una de las tantas mujeres que habitaban mis sueños. En su sonrisa escondía picardía de una mujer digna de temer y amar; todo eso aliado a una mente bastante abierta, testaruda, y dispuesta a amar a quien quisiera, a quien la aceptará, aun su hermosura que mostraba, su aspecto era totalmente contradictorio al de una muñeca normal digna de tal belleza, no era otro maniquí pintado era más bien, algo parecido a una revolución ambulante y preciosa. Así me interesaba y conmocionaba un poco más. Todos los días buscaba una excusa para encontrarla, una razón solo para mirarla. Se encontraba siempre acompañada de si misma, con una cámara, música o una lata de spray dispuesta a hacer arte. Siempre un gorro, botas, ropa desgastada, jeans cortados, o una falda que contrastaba con cómo se encontraba vestida. Camisetas de bandas ruidosas, de éxitos del rock y justamente la música que más me encantaba. Algo de metal quizás. 

Era enigmática pero quien más que yo para entender ese enigma, de lejos la observaba cual "Stalker" necesitaba algo que me hiciera contactarla de una forma más cercana no sabía su nombre pero quería saberlo, en mi mente la llamaba: Ella, como la conciencia de una mujer preciosa que admiraba de lejos.

En medio del verano, ya lejos o cerca de allí me la pasaba más cerca del parque lugar donde siempre se encontraba. Su voz era dulce y fuerte. Mostraba signos de timidez, signos de ser una revolución muda y dramática. Comenzó de pronto la lluvia, y ambas amabamos eso. Desde pequeña siempre me encanto salir a recibir la lluvia y tocar el agua entre mis manos, mientras todos corrían me senté en una banca coincidencial o casualmente era la misma donde se encontraba ella, protegidas por un techo, decidí dejar mi miedo y por fin hable: -Hola, mi nombre es Gabriella, ¿por qué no huyes de la lluvia como todos?- contesto: -hola, mi nombre es Ella (Ese fue un momento donde mi mente y corazón quisieron explotar, había acertado a su nombre) no huyo de la lluvia porque me encanta, me encanta tocar el agua con mis manos, y ¿tu, igual?- en ese momento no sabía que era lo que pasaba con mi cerebro pero no conectaba con mi lengua. 


No sabía que alguien como ella podía siquiera podíamos tener algo en común. Solo le conteste: -pienso lo mismo que tu acerca de la lluvia, no entiendo todos porque huyen- dijo claramente: -son solo personas sin sentido, tal vez como tu y yo-. Al terminar de mencionar la frase sonrió y al sonreír cuando me di cuenta la lluvia cesaba. Se paró, se despidió con un gusto en conocerte. Y partió en dirección este. 


Del embeleso seguía allí en una especie de shock, cuando reaccione ya se había ido, pero al otro día indiscutible mente estaría allí esperándola para sacar más información quizás una sonrisa, un café o quizás los dos.

Muy a las 5 de la tarde salí en dirección al parque de nuevo allí con un cuaderno en el cual solo veía que anotaba todo lo que veía. Me acerqué saludando tontamente con mi mano, cuando me reconoció solo alzó un tanto la mano. Y dio una sonrisa de bienvenida. Cuando por fin llegué a su lado. Después de un saludo formal y de una risita dijo:

-De nuevo tú, No esperaba tenerte hoy por acá o quizás si, ya no lo sé, pero me alegra que estés aquí. Siéntate, me tapas la naturaleza-


Conteste, sentándome rápidamente y riendo:

-¿cómo dices?, pensaba venir acá a disfrutar del verano, si tu no quieres que este aquí solo dime,-ambas reímos estruendosamente- y cuando termine observando detenidamente su cuaderno lo arrebate solo diciendo:-quiero ver que haces déjame ver-.

Solo contesto:

-eres muy dramática, me agradas, me recuerdas a una antigua yo-

Cuando vi el cuaderno era un paisaje perfectamente pintado como el que una vez cuando niña había dibujado inmediatamente me desperté. En ese momento solo me asuste y le pregunte cómo había logrado hacer algo así. Me contesto que solo fue parte de su imaginación; un destello. Esto se volvía cada vez más escalofriante mente interesante, Cada vez me atraía más esa mujer. Ella era aquella alma gemela que mi espíritu infelizmente solitario necesitaba. Vio mi manera de ver perpleja el dibujo y solo me preguntó por qué estaba tan impresionada, conteste que eso había sido uno de mis tantos sueños. -hahahaha- esa fue su respuesta además de una pícara mirada. La invite a tomar café, se paró cerró el cuaderno. Tomo de mi brazo. Y dijo solamente:-ok. Te sigo-. 


Llegando al café después de largas horas de estar allí discutiendo me daba cuenta que era una versión oscura de mi propio ser. Era el arte de mi ser interior. De café seguimos con unos tragos, uno que otro cóctel para olvidarnos de penas del pasado o quizás para recordarlo un poco más. 


Recuerdo muy bien como entre tragos, logramos hablar muy bien, y ya poco contenida, logré besarla se sintió tan bien. Fue como besar a alguien casi igual a mi, ella respondió con fuerza, de allí al momento en que llegamos a su casa, fue un tanto confuso, solo recuerdo el beso y ya la próxima escena en su casa sola.

Ya allí ella rompiendo mis ropas y aprovechándose de mi cuerpo. Y yo del de ella, era placentero y todo lo que había deseado pero quería más, besando hasta el último rincón de su cuerpo. Y explorando cada uno de sus puntos de placer. Y ella haciendo lo mismo. Haciéndonos una sola, fuera de estereotipo, fuera de convicciones, solo haciendo que el dulce arte de la pasión, nos dejara llevar. 


Cuando amaneció yo con una suave resaca. Me encontraba en mi cama arropada y desnuda. Allí fue cuando encontré una nota. Que decía, soy tu misma, soy el arte que brota cuando escribes, cada vez que dibujas, que te expresas que cantas o bailas. El motivo y la convicción de tu corazón que te mueve cuando es necesario soy tu musa. Por eso sabías mi nombre antes de conocerme totalmente. Y ahora que lo sabes soy parte de ti, la noche de ayer fue genial. Y jugar con tu memoria temporal fue fascinante. Realmente lo disfrute espero volver en otra forma. Atentamente: tu musa, el arte de tu interior. Posdata, no tengas miedo de expresar tu grandeza, ten miedo el día que la calles de nuevo. 


Al leer eso quede impresionada, había tenido una cita con el arte de mi interior, con la figura de mi arte y la había disfruta me había seducido; Tome un lienzo y comencé a pintar al azar; colores, trazos, parecía una escena, solo me dejé llevar deje que Ella hiciera su trabajo. Y de pronto apareció en el lienzo la figura de una hermosa mujer cabello negro, ojos negros brillantes, Una sonrisa hermosa y peculiar; Era yo y estaba firmado por ella. Allí fue cuando comprendí que éramos una sola, y que ella se había apartado de mí solo porque yo decidí hacerlo, no sé si sea Gabriella o Ella la que escriban esta historia. Solo sé que Gabriella, o ella somos arte y del más puro.