Es cuando acerco los dedos a la boca en busca de otro cigarrillo y buscando el humo que se evaporo cuando me doy cuenta que mis labios están partidos y desquebrajados y mirando en un espejo los encuentro sin color, por los besos que se esfumaron y por las caricias que desaparecieron, por las risas que se perdieron y por los momentos que se destruyeron uno a uno, interesante era oír cuando te quejabas y reías y cuando me buscabas y comías a besos en tu cama y en la mía. Cuando deje que las miradas perdieran brillo y cuando el sudor y el placer del sexo se fueron marchitando poco a poco que dejamos de querernos. Sí, eso fue quizás el motivo.
No era raro encontrarnos en la mesa con la ropa semi puesta, el cabello desorganizado y nuestras faldas desarregladas en uno de esos momentos en que nos cogían con las manos en la masa y nos olvidábamos de lo que pasaba que dejábamos llevarnos por el momento y por las sensaciones, cuando en las noches por más que intentáramos no acércanos por el enojo de una pelea pasajera un buenas noches siempre estaba en nuestras vidas, y un beso sea en la mejilla, frente o boca siempre aparecía a alegrarnos las vidas.
Tu odio por mis vicios siempre fue infinito siempre quisiste cuartar el vicio de fumar, pero nunca pudiste controlar el vicio mío de amarte sin pensar en el que dirán, eras tan mía cuando yo quisiera y a la hora que quisiera como yo era tan tuya en el momento en que tú lo desearás con la pasión que tu anhelarás, cuando llegábamos al punto en que la pasión rebosaba el amor, te veía un día sexy y al otro día como una usurpadora entre peleas y cariños me ganaste, pero de esa manera me perdiste. ¿Por qué? Eso ahora no lo sé.
Más bien entre recuerdos quiero consumirte y hacerte de nuevo una en mi cama y sentirte de nuevo una vez más esta noche conmigo y juntando mis recuerdos y tal vez juntando retazos de lo que éramos, de lo que somos y de lo que fuimos.
Cuando te conocí eras una cosa inalcanzable además de ser el amor de mi vida, eras una confusión en mi mente y algo que me hacía poner un pie en falso cada vez que intentaba negarlo, con tu cabello negro ondeante y brillante perfectamente arreglado como siempre excepto cuando eras víctima de mis ataques y tus caderas torneadas, tus ojos marrón oscuro brillando como siempre y tu sonrisa que reflejaba esa paz que transmitías, aunque pequeña eras o quizás no más alta ni más baja, con una malicia y unos aires de maldad pero con una paz tan interior que te hacia ver completamente inocente y placentera, tan picara como quisieras y tan hermosa como siempre te mostraste, así me fui enamorando sin condiciones.
La primera vez que te vi, en el fondo de la oficina sentada perfectamente arreglada y hablando en tono modulado, una falda negra que me mato en el momento en que te vi, esas piernas y esa cintura marcada por la misma todo perfectamente arreglado, el cabello arreglado en una coleta alta y con una sonrisa solo diciendo:
-Hola, buenos días- de lo asombrada de ver todo y verte a ti solo conteste: -Hola, buenos días un gusto, soy Amanda-
-Eres la nueva ejecutiva, soy Andrea, jefa del departamento de negocios, inmediatamente te muestro todo- invitándome a seguir por el pasillo para mostrarme la oficina donde trabajaría todo fue como tan rápido, y enseñándome toda la oficina y todo, y explicándome todos los procedimientos todo fue tan milimetrado y tan efímero que cuando me dejaste fue muy difícil concentrarme, me dirigí a la oficina del jefe, y con un anunció de la nueva jefe del departamento creativo, ya todo estaba hecho, mantendría allí todo el tiempo dispuesta a saber más de ti.
Los días pasaron y pasaron y con apoyo de tuyo fuimos haciendo más y más proyectos hasta que nos consideraron un dúo dinámico, mi creatividad y la parte de los negocios todo a la par fueron el cóctel del éxito, para mi trabajar contigo era a veces complicado no podía evitar las ganas de arrancarte la ropa y de hacerte mía pero la paciencia y las ganas de hacer todo como se debía hacer me dieron fuerzas, después de un reconocimiento por un gran negocio que cerramos, una cena fue el detonante, fue allí donde me aproveche y ya fuera de la oficina te pude sacar un poco más de información y de por fin decirte todo lo que sentía.
Era normal, la reacción que tendrías, alejarte un tanto y casi salir corriendo del restaurante, los días siguientes fueron raros, no nos podíamos mirar siquiera a los ojos, en mi caso tenía vergüenza por lo sucedido y en la tuya al principio no sabía luego lo descubrí todo. Un día sin más que aguantar y más palabras que tragar me acerque y dije: -Andrea, no quería ofenderte con mis sentimientos pero es lo que siento si te incomode lo siento- bajando la cabeza y mirando hacia el suelo y como caían mis lágrimas solo tomaste mi cara y con un tierno y largo beso me respondiste a todo. A todo lo que un día había presentido.
De allí los días fueron más sencillos, escondiéndonos en el baño de mujeres para besarnos y en las noches en un restaurante cualquiera, en tu casa o en la mía haciendo lo que queríamos, y haciendo que nuestras vidas fueran una sola, nadie de la oficina se podía dar cuenta, entre películas y cenas estábamos siendo “Amigas” pero sabíamos que queríamos algo más, pero que todo debía ser paso a paso y con cautela, fue el día de tu cumpleaños o el mío, la verdad ya no recuerdo no soy buena con las fechas, después de pasar una casi pena delante de tus papás que no sabían que éramos casi una pareja y que casi tu mamá nos descubre besándonos en el baño, ocultándolo con un accidente fue algo muy chistoso. Ya cuando todos se fueron y con excusa de ayudarte a acomodar tu casa, por la fiesta fue que entre lavados de platos y recogiendo todo fue que con pastel nos bañamos y comenzamos a disfrutar de la noche y de nosotras en tu cama, comenzamos arrancarnos la ropa.
La sinfonía de gritos de placer, combinada con el misterio de las ropas rasgadas y de vernos por fin, fue casi un sueño hecho realidad, entre risitas y cosquillas, besos y caricias, haciendo lo que más nos gustaba, realmente enamoradas, por fin le dimos fin a esa escena que tanto habíamos esperado. Pasando después de meses de que nada se descubriera y todo quedará solo el secreto guardado por nuestros conocidos; nuestras familias no tenían ni idea, solo que éramos dos compañeras de trabajo conocidas como muy buenas amigas, nisiquiera los de la oficina después de tanto que hacíamos allá por más de una ocasión nos intentaron atrapar pero siempre ocultándonos y evitándolo, nunca nos descubrieron o quizás eso pensamos.
Después de meses de constante armonía y de una relación que cada día crecía más y más una pelea, una disputa por aceptarnos y darnos nuestro lugar nos separó y es aquí con el cigarrillo que tanto odias, y con el estado deprimente que tanto desprecias ver en mí, y añorando una noche más de que tu estés aquí en mi cama haciéndome tuya, es cuando se haga público lo nuestro que podremos saber qué es lo que queremos.
Días después de todo esto nos reunieron una vez más en el trabajo, y ya con más situaciones incomodas e imperfecciones después de un tiempo de estar distantes decidimos aceptarlos, yo dejando el vicio del cigarrillo y Andrea aceptando su bisexualidad y dando paso a su amor, comenzaron a ser mejores cada día más y ahora juntas y casadas disfrutan de su vida y piensan ser madres de una bebe que en su vientre lleva Andrea.
Al escuchar la noticia muchos se impactaron, otros lo sospechaban y otros solo se alegraron de que por fin lo hacíamos público, para la familia de Andrea fue difícil pero ya nos conocían y sabían lo feliz que nos hacía el estar juntas, por último lo aceptaron, todo encajaba y es hoy cuando la amo más que nunca y con todos los vicios y peleas el sexo se hace cada vez más interesante y quiero aprender a amarla más y más cada día redescubriéndola más y más.