domingo, 29 de julio de 2012

Locura de Oficina.

Es cuando acerco los dedos a la boca en busca de otro cigarrillo y buscando el humo que se evaporo cuando me doy cuenta que mis labios están partidos y desquebrajados y mirando en un espejo los encuentro sin color, por los besos que se esfumaron y por las caricias que desaparecieron, por las risas que se perdieron y por los momentos que se destruyeron uno a uno, interesante era oír cuando te quejabas y reías y cuando me buscabas y comías a besos en tu cama y en la mía. Cuando deje que las miradas perdieran brillo y cuando el sudor y el placer del sexo se fueron marchitando poco a poco que dejamos de querernos. Sí, eso fue quizás el motivo. 


No era raro encontrarnos en la mesa con la ropa semi puesta, el cabello desorganizado y nuestras faldas desarregladas en uno de esos momentos en que nos cogían con las manos en la masa y nos olvidábamos de lo que pasaba que dejábamos llevarnos por el momento y por las sensaciones, cuando en las noches por más que intentáramos no acércanos por el enojo de una pelea pasajera un buenas noches siempre estaba en nuestras vidas, y un beso sea en la mejilla, frente o boca siempre aparecía a alegrarnos las vidas. 

Tu odio por mis vicios siempre fue infinito siempre quisiste cuartar el vicio de fumar, pero nunca pudiste controlar el vicio mío de amarte sin pensar en el que dirán, eras tan mía cuando yo quisiera y a la hora que quisiera como yo era tan tuya en el momento en que tú lo desearás con la pasión que tu anhelarás, cuando llegábamos al punto en que la pasión rebosaba el amor, te veía un día sexy y al otro día como una usurpadora entre peleas y cariños me ganaste, pero de esa manera me perdiste. ¿Por qué? Eso ahora no lo sé. 

Más bien entre recuerdos quiero consumirte y hacerte de nuevo una en mi cama y sentirte de nuevo una vez más esta noche conmigo y juntando mis recuerdos y tal vez juntando retazos de lo que éramos, de lo que somos y de lo que fuimos. 

Cuando te conocí eras una cosa inalcanzable además de ser el amor de mi vida, eras una confusión en mi mente y algo que me hacía poner un pie en falso cada vez que intentaba negarlo, con tu cabello negro ondeante y brillante perfectamente arreglado como siempre excepto cuando eras víctima de mis ataques y tus caderas torneadas, tus ojos marrón oscuro brillando como siempre y tu sonrisa que reflejaba esa paz que transmitías, aunque pequeña eras o quizás no más alta ni más baja, con una malicia y unos aires de maldad pero con una paz tan interior que te hacia ver completamente inocente y placentera, tan picara como quisieras y tan hermosa como siempre te mostraste, así me fui enamorando sin condiciones. 

La primera vez que te vi, en el fondo de la oficina sentada perfectamente arreglada y hablando en tono modulado, una falda negra que me mato en el momento en que te vi, esas piernas y esa cintura marcada por la misma todo perfectamente arreglado, el cabello arreglado en una coleta alta y con una sonrisa solo diciendo: 

-Hola, buenos días- de lo asombrada de ver todo y verte a ti solo conteste: -Hola, buenos días un gusto, soy Amanda- 

-Eres la nueva ejecutiva, soy Andrea, jefa del departamento de negocios, inmediatamente te muestro todo- invitándome a seguir por el pasillo para mostrarme la oficina donde trabajaría todo fue como tan rápido, y enseñándome toda la oficina y todo, y explicándome todos los procedimientos todo fue tan milimetrado y tan efímero que cuando me dejaste fue muy difícil concentrarme, me dirigí a la oficina del jefe, y con un anunció de la nueva jefe del departamento creativo, ya todo estaba hecho, mantendría allí todo el tiempo dispuesta a saber más de ti. 

Los días pasaron y pasaron y con apoyo de tuyo fuimos haciendo más y más proyectos hasta que nos consideraron un dúo dinámico, mi creatividad y la parte de los negocios todo a la par fueron el cóctel del éxito, para mi trabajar contigo era a veces complicado no podía evitar las ganas de arrancarte la ropa y de hacerte mía pero la paciencia y las ganas de hacer todo como se debía hacer me dieron fuerzas, después de un reconocimiento por un gran negocio que cerramos, una cena fue el detonante, fue allí donde me aproveche y ya fuera de la oficina te pude sacar un poco más de información y de por fin decirte todo lo que sentía. 


Era normal, la reacción que tendrías, alejarte un tanto y casi salir corriendo del restaurante, los días siguientes fueron raros, no nos podíamos mirar siquiera a los ojos, en mi caso tenía vergüenza por lo sucedido y en la tuya al principio no sabía luego lo descubrí todo. Un día sin más que aguantar y más palabras que tragar me acerque y dije: -Andrea, no quería ofenderte con mis sentimientos pero es lo que siento si te incomode lo siento- bajando la cabeza y mirando hacia el suelo y como caían mis lágrimas solo tomaste mi cara y con un tierno y largo beso me respondiste a todo. A todo lo que un día había presentido. 

De allí los días fueron más sencillos, escondiéndonos en el baño de mujeres para besarnos y en las noches en un restaurante cualquiera, en tu casa o en la mía haciendo lo que queríamos, y haciendo que nuestras vidas fueran una sola, nadie de la oficina se podía dar cuenta, entre películas y cenas estábamos siendo “Amigas” pero sabíamos que queríamos algo más, pero que todo debía ser paso a paso y con cautela, fue el día de tu cumpleaños o el mío, la verdad ya no recuerdo no soy buena con las fechas, después de pasar una casi pena delante de tus papás que no sabían que éramos casi una pareja y que casi tu mamá nos descubre besándonos en el baño, ocultándolo con un accidente fue algo muy chistoso. Ya cuando todos se fueron y con excusa de ayudarte a acomodar tu casa, por la fiesta fue que entre lavados de platos y recogiendo todo fue que con pastel nos bañamos y comenzamos a disfrutar de la noche y de nosotras en tu cama, comenzamos arrancarnos la ropa. 

La sinfonía de gritos de placer, combinada con el misterio de las ropas rasgadas y de vernos por fin, fue casi un sueño hecho realidad, entre risitas y cosquillas, besos y caricias, haciendo lo que más nos gustaba, realmente enamoradas, por fin le dimos fin a esa escena que tanto habíamos esperado. Pasando después de meses de que nada se descubriera y todo quedará solo el secreto guardado por nuestros conocidos; nuestras familias no tenían ni idea, solo que éramos dos compañeras de trabajo conocidas como muy buenas amigas, nisiquiera los de la oficina después de tanto que hacíamos allá por más de una ocasión nos intentaron atrapar pero siempre ocultándonos y evitándolo, nunca nos descubrieron o quizás eso pensamos. 

Después de meses de constante armonía y de una relación que cada día crecía más y más una pelea, una disputa por aceptarnos y darnos nuestro lugar nos separó y es aquí con el cigarrillo que tanto odias, y con el estado deprimente que tanto desprecias ver en mí, y añorando una noche más de que tu estés aquí en mi cama haciéndome tuya, es cuando se haga público lo nuestro que podremos saber qué es lo que queremos. 

Días después de todo esto nos reunieron una vez más en el trabajo, y ya con más situaciones incomodas e imperfecciones después de un tiempo de estar distantes decidimos aceptarlos, yo dejando el vicio del cigarrillo y Andrea aceptando su bisexualidad y dando paso a su amor, comenzaron a ser mejores cada día más y ahora juntas y casadas disfrutan de su vida y piensan ser madres de una bebe que en su vientre lleva Andrea. 

Al escuchar la noticia muchos se impactaron, otros lo sospechaban y otros solo se alegraron de que por fin lo hacíamos público, para la familia de Andrea fue difícil pero ya nos conocían y sabían lo feliz que nos hacía el estar juntas, por último lo aceptaron, todo encajaba y es hoy cuando la amo más que nunca y con todos los vicios y peleas el sexo se hace cada vez más interesante y quiero aprender a amarla más y más cada día redescubriéndola más y más.

jueves, 19 de julio de 2012

Fidelidad: Locura al Límite


-Creo que estoy escuchando un ruido, está en el fondo, viene de una habitación trasera. Lo sé puedo sentirlo, suena como a alguien agobiado-. 

Allí interviene la mujer, algo nerviosa pero intentando mantener todo en calma, todo bajo control: -solo es el abuelo que está bastante enfermo pronto morirá no te preocupes-. 

-¿Lo puedo ver?, me gusta hacer visita a los enfermos-. 

-No, no querida Amelia, ¡¿Cómo se te ocurre semejante cosa?! (Titubeando y pensando) a él no le gusta ver a ninguna persona, no te preocupes. Gracias por tu intención, Un gusto a verte visto el día de hoy-. 

-Oye, pero no quisiera irme pero como tienes que atender a tu abuelo, te dejo sola. Mañana nos vemos, vale. Bye-. 

Al ver la salida la mujer cambia su expresión bastante enojada, y corre al fondo a la derecha, baja las gradas y así llega al sótano, un hombre amordazado y sentado en una silla haciendo muecas de dolor, con sangre en la cara, la camisa manchada, Jeans rotos, y en su cara expresiones de dolor y de sufrimiento, ella comienza a rodearlo a tocarlo, a abrazarlo, en tanto le quita la mordaza. -¿Cómo se te puede ocurrir comenzar a hacer ruido justo cuando tenemos visitas?, Amor. Estas aquí por la última vez que lo hiciste mal- tocándole una herida en el brazo derecho y besándola, el respondiendo con una mueca de dolor: -¡Eres una maldita y cuando salga de aquí NUNCA me volverás a ver!- cambiando la expresión de su cara:-¿Quién dijo que saldrías de aquí? O bueno saldrás pero muerto, y yo contigo O quizás solo tú, pero en una bolsa blanca, pagarás por cada infidelidad y cada momento en el cual no me sentí cómoda contigo, mientras los otros no se dan cuenta de donde estas-. Él contesta: -Va a ver un momento en que a alguien le importe donde estoy y el ver que no estoy por ninguna parte y tú; serás la primera en ser implicada. Todos saben que estás loca-. Se oye una bofeteada, y un grito fuerte, ella sonriente solo dice: -Por ahora procura que cuando tengamos o mejor tenga visitas no hacer ruido no te quiero hacer más daño, cariño-.


Poniendo de nuevo la mordaza sale del sótano, con una gran sonrisa en la cara, y con una muestra de satisfacción como si hubiera cumplido la labor de su día va a su cuarto y sus tacones de mujer ejecutiva los retira, pasa a las pantuflas, todo es normal, la escena del momento anterior parece no haberla afectado en lo absoluto es como si nunca hubiera sucedido, en la cocina hace una fabulosa cena para dos, sirve ambos platos en la mesa, ambos lugares. Suena el timbre y allí esta una mujer. Hermosa algún hallazgo, una cita. Cabello largo negro, ojos negro brillante, un cuerpo digno de una mujer modelo acompañado de un vestido azul ceñido al cuerpo, unos tacones, perfectamente maquillada, era perfecta; la anfitriona de la cena, un vestido negro corto, tacones de punta, cabello recogido, una pulsera de oro en la mano izquierda, ella era también hermosa, cabello castaño, ojos marrón y un cuerpo bastante hermoso, ambas dos mujeres bastante hermosas allí, el aroma de la noche destilaba sexo por doquier. Cuando la mujer entro por la puerta una botella de vino portaba, con un beso en la mejilla y tomándola del brazo la atrajo hacía adentro: -¿Por qué tardaste tanto?, la cena esta lista-, un beso en el cuello y un me encanta tu perfume fue toda la respuesta. Ambas sentadas disfrutando de la comida, exitándose la una a la otra, riendo a carcajadas, disfrutando el vino, cuando pregunta la invitada: -¿y el postre?- contesta la otra: -Mi postre serás tú y el tuyo seré yo, acompañame tengo una sorpresa para ti-.




Ambas bajan las gradas del fondo que conducen al sótano en un balance entre besos y caminar. Tratando de quitarse los vestidos, y haciendo que la una se estremeciera y la otra gritará, cuando por fin abajo, se encuentran con el hombre atado. Ella aterrorizada solo se suelta y comienza a hacer preguntas al azar y a asustarse a gritar. El hombre atado y semi muerto lo conocía, fue su amante durante mucho tiempo. No sé explicaba como ambos llegaron allí, y él porque estaba así. Tocando un punto nervioso la mujer sonriendo la durmió. He hizo lo mismo que con él, la ató, pero a ella semi desnuda a un asiento, ambos frente a frente. Cuando ella despertó contenida por la mordaza no podía hablar mucho menos gritar. Y la otra mujer en ropa interior y riendo como una loca solo decía una y otra vez: -al fin los tengo, al fin los tengo a los dos, PAR DE INFIELES, par de escorias, se burlaron de mí, siendo pareja todo este tiempo, y yo en casa enamorada de un idiota como tu (Señalando al hombre), cuando te encontré a ti fue todo perfecto ¿Sabes? Fuiste más fácil de seducir de lo que pensaba-. Ambos asustados, y bastante conmocionados haciendo muecas de dolor, ella ya tenía heridas, frente a frente solo no sabían que hacer, estaban enfrentados a una loca, una loca con una mente macabra y con un cuerpo perfecto. Fue allí cuando ella también comenzó a desvestirlo a él, en esto comenzaron a verse todas las heridas, todas las Llagas, ella mientras él hacía muecas de dolor solo reía, la otra solo lloraba, de pronto comenzó de nuevo a hablar:- Bueno vamos a hacer un juego donde yo los mato y luego gozó con ello ok, comencemos contigo pequeña y hermosa Isabel-, Quitandole las bragas, comenzó a besar todas sus piernas, la mujer solo lloraba, y pataleaba nada podía hacer estaba atada pies manos y tronco.



Llego a la entrepierna y se detuvo tomo un puñal y comenzó a rozarlo por todo ello, la mujer solo lloraba más y más, el desespero era mucho, ambos olían la muerte. El dio un grito entre seco ella se detuvo y fue a donde él se encontraba: -ahh, ¿quieres que empiece contigo?, Muy bien-, tocando y morboseando impregnando su saliva por todo el, toma el puñal y lo clava muy cerca a la entrepierna pero no en el sexo: -hahaha, por poco acabo con mi diversión, aún mereces más sufrimiento será turnado ¿ok?- el haciendo un gesto de dolor y su sangre brotando por toda la sombría habitación. Ella se sienta en las piernas de la mujer, diciendo: -Tu punto débil es el cuello, ¿no es verdad?-. Dando besos allí en el cuello, y sin poder contener las lágrimas intenta desatarse, cuando de pronto su muñeca se corta con la dureza de la soga: -No te hagas más daño mi corazón, yo te mataré de todas formas-, La sangre brota y ella con el puñal allí ensangretando se lo clava en el brazo, quita el sostén, La Victima está completamente desnuda palpa sus senos en su cara un sentimiento de placer, de morbo, está jugando con ella. Ambas cubiertas de sangre. Ella sigue besándole los senos: 

-Estas operada ¿verdad?, vamos a comprobarlo-, clavando el puñal en el seno derecho. – ahh que lastima era natural-. Más sangre más entre ambas, más dolor para Isabel. Lágrimas todo el rímel corrido. Le quito la mordaza, y dijo tal vez te salve si lames mi sexo, en una posición extraña logro que esto pasará, y ya bastante excitada, Isabel grito: -Lo hice, ahora suéltame-, una risa y una frase: -Pobre y pequeña Isabel que crédula y satisfactoria eres, pero ya me divertí un rato contigo, y ya me cansé muere-. Terminando de decir esto y con un grito entorpecido Le clavó el puñal en el pecho justo en el medio. Toco su sexo una vez más antes de que muriera y Dijo: - eras realmente hermosa ya entiendo el porque me fue infiel, pero bueno tal vez vayas al cielo, o tal vez me hagas compañía en el infierno-. Dándole un beso en la boca pálida y muerta de Isabel, y viendo toda la sangre que tenía en su cuerpo se dirigió a él: -Ahora vas tú, vamos a divertirnos un rato-. El solo contesto: - No voy a caer de nuevo en tu juego no seré como Isabel, ya la mataste, sabes que yo te amo y que no te puedo dejar, calmate, te complazco un rato, y olvidamos esto que te parece-. 


-¡NO!, tu vas a pagar por lo que hiciste nadie me es infiel, ¡Nadie!, ¿comprendes?, vamos a jugar un rato y luego puff te mueres, ¿Sabes? Yo te amé Sergio, di todo de mí para que esto funcionará pero no fue suficiente así que pagarás esto-. 

Toco una y otra vez el sexo de Sergio, lo introdujo dentro de sí misma, unas cuatro o 5 veces entra y sale, más tiempo, mejores condiciones. Ya es suficiente fue nuestro último adiós lo besó y le corto el sexo, sangre broto, por montones. Gritos de él, más y más sangre, dolor y angustia, muerte, sangre y ella solo reía. 

-Nunca te fui fiel porque desde un principio supe que estabas algo loca y eras neurótica, pero nunca pensé llegar hasta este punto, disfrutaré el infierno sin ti maldita bruja-. Y allí cayó inconsciente. Ella llorando y riendo solo podía pensar y decir: -Pero soy la mujer perfecta, soy la mujer perfecta, ¡SOY LA MUJER PERFECTA!-, dando vueltas en el sótano se quedó allí sentada en un rincón. 

Al otro día los vecinos no vieron a ninguno de los enamorados, y Amelia, la mujer que los había visitado en el día anterior, recordó la llave de seguridad que estaba escondida entre el tapete. Entraron, todos alarmados, llamaron a la policía, cuando la policía registro la casa y encontró en el sótano de la casa, dos mujeres muertas y un hombre descuartizado. 

Al día siguiente el veredicto de la policía identificando a los 3 cuerpos muertos en la casa en ese temeroso episodio y un video que mostraba la muerte de los 3: Alicia Santo Domingo Impactada por una bala que acabó con su cráneo y comprometió cabeza y órganos de los sentidos superiores. Isabel Prada, Impactada por un arma blanca, múltiples cortadas y atada en una silla, producto de un homicidio agravado, y Sergio Chávez, descuartizado, miembro a miembro. 

En el video se veía la muerte de Isabel, Sergio y como fue descuartizado y por último la muerte de Alicia que con una profunda confesión tomo un arma y al final del video se disparó a sí misma, El fiscal que le entregó la historia oficial a las tres familias declaro que fue una de las muertes más Horribles que haya visto en su vida; todo producto de una infidelidad, y de una mente insana y malcriada. 

Del video se pudo rescatar las últimas palabras de Alicia: -Los Límites a los que te lleva el amor insano y el creer que todo está en tus manos son extremos, yo creí que me amaba pero me traicionó no merezco estar aquí, el dolor no me dejaría continuar por eso Adiós-. Y allí fue cuando el impacto de bala se escuchó la cámara cayo y nada más se vio.

lunes, 9 de julio de 2012

Silencio: La habitación se destruye




Silencio, nada hará que lo recuerde. No pienso que el pasado lo haga y que el lugar lo aliente. Silencio para la verdad; el fallará y ella lo acabará llevándolo a la maldad. Silenció, el viento se lo llevará; la vida lo atrapará, lo seducirá una vez más. No habrá nada que lo detenga no habrá nada que lo conduela, nada lo hará recordar, nada lo haga sobrevivir. 

Aunque en el cuarto ellos están, quien lo habita es el silencio. Mirarse ni siquiera es suficiente. Palabras impronunciadas, balbuceantes.  Reclamos exagerados, todos ellos en silencio, nadie grita, nada queda. Se pueden escuchar sus corazones quebrándose. Los lazos rompiéndose.
Mudos se quedan, mudos se proyectan, mudos se destruyen, mudos se matan, optan por quedar así, se pierden en caminos que no sabrán recorrer. Se odian a muerte, pierden la batalla y al estar frente a frente se observan todo el dolor y se guardan todas las cosas que nunca tendrán la valentía para decirse. 

Pausa. Oyen un ruido y extrañados se miran.
-¿Acaso no ordené silencio?, ¿es mucho pedir?-.
El sonido comienza a crecer y a crecer, son sus voces, aquellas que fueron perdiendo. Aterrados, por el sonido de sus discusiones y de sus disputas, se han de quedar absortos. Observándose y diciendose ahora con la luz de sus ojos y las lágrimas incipientes: -¿Qué nos pasó?
Al no hablar, siguen en pie, disimulando, actuando como si nada hubiesen escuchado. Como si nada se hubiera presenciado, como si nunca hubiera pasado nada, viviendo ese presente allí esperando el momento de que todo se caiga.



La luz filtrada muestra el escozor quebradizo en los ojos de ella, una sonrisa fingída, mientras sus brazos desatados se aferran fuertemente en un cruce, resguardandose de la gélida indiferencia que el profesa. Sus brazos cruzados simulando fortaleza, la cara en alto tratando de retarla, sabe interpretar muy bien su papel pero muy dentro le duele tanto como a ella. Ambos sufren, pero debe continuar mostrando fuerza, "los hombres no lloran y las mujeres no discuten".  

No hay más tiempo, el silencio los acaba y por fin el lazo se rompe, el frío se acerca y la relación se destruye, las paredes se caen. Llega el momento, no hay más paredes, al parecer el silencio acalla el estruendo. Ninguno de los dos lo ve. Sigue, silencio, alguno se tiene que acordar del pasado, alguno tiene que invocar sus recuerdos, es necesario para ambos recuperar aunque sea un poco de lo mucho perdido. La habitación se sigue destruyendo, ambos parados en medio, siguen mirándose sin hacer nada siquiera salir, piensan que el silencio los salvará o tal vez la nube de simulada paz.




Continúan así. Ella resiste, aunque no puede controlarse más, las lágrimas brotan y caen por sus mejillas formando pequeños caminos que comparados al dolor que siente son incipientes. El continúa con sus brazos cruzados, con su gélida mirada, su cabeza en alto y retándola, a que deje de llorar y lo afronte, este es su final, aun así una parte de él la miraba con cierta piedad.  Reinaba aún el silencio, las discusiones callaron y seguían allí rechanzándose en sus burbujas. Cuando reaccionaron era tarde, el daño se encontraba hecho y no había vuelta atrás, para ella. De pronto se encontraban frente a dos caminos, por la derecha e izquierda, ella sigue por derecha y el por izquierda, nunca más queriendose encontrar, quizá en un atajo o un "Shortcut" para ver como iba la vida del otro, para dañar el nervio y destruir cualquier ilusión.  Destruyendo cualquier posibilidad de que la habitación alguna vez debió no dejarse destruir.

Caminos separados, vidas iguales, amores similares, Silencio. Dos corazones solitarios y doloridos. Silencio, dos corazones quebrados y una habitación destruida. Una amistad pérdida, una complicidad aplastada. De nuevo dos corazones más solitarios en el mundo perdidos entre ellos, en un mundo que los hará pedazos si no reaccionan.

Silencio, el luto por algo que se perdió, un amor que se descuidó. Sonrisas imperfectas y caminos alejados. Tiempo juntos terminados en la basura. Ninguno de los dos lo recordó ambos se dejaron perder por inmadurez. Y ahora destrozados siguen en un mundo que no perdona ni da buen a paso a quien no recuerda su pasado.




jueves, 5 de julio de 2012

Seducción Letal: Un cóctel de feromonas al azar.



Era tarde lo sabía porque la noche cada vez estaba más fría y más oscura pero la luna más brillante, no tenía teléfono ni reloj pues fue la primera regla sin nada de eso para la fiesta, estaba algo confundida por todo el licor que había ingerido entre tantas apuestas, y algunas pastillas diluidas entre coctel y coctel que me servían, había sido siempre la niña perfecta supuse que mi teléfono tenía mil llamadas perdidas y una que otro mensaje de voz de mi mamá pero esa era la noche en la que acabaría seducida. No pude mantener la compostura, toda mi vida encerrada tras los libros ese día fui corrompida, fui seducida por la música, el licor y supongo que esas drogas que añadieron mis amigos al alcohol. 

Todos perdíamos el control, las hormonas se sentían a flor de piel, unos excitados ya acababan en la cama o en el suelo, entre ebria y confundida allí estábamos quitándonos hasta el último pedazo de dignidad que nos quedaba entre risas y palabras, bailando con la luz de la luna y el humo de animación del lugar. Todo era tan bohemio y tan nocturno de pronto cuando retome mi conciencia y me di cuenta, estaba tan mareada y la música sonaba tan alto que yo no coordinaba. Salí de allí asustada y otra copa de licor me tenían preparada, decidí no recibir, una amiga de un amigo termino por seducirme y entre palabras me saco de la fiesta, más drogada se encontraba y yo muy confundida y asustada, accedí a tomarme otro trago fue como si las feromonas de ambas se combinarán y crearan la mezcla perfecta y sexual para esa noche maravillosa. 


De un momento a otro me robo un beso y yo se lo respondí con fuerza comenzó a tocarme toda y a aprovecharse de mi embriaguez y yo de la de ella, todo era perfectamente armónico entre besos me llevo hasta un taxi y de allí a su casa, en el taxi entre toqueteos y uno que otro beso, me termino por excitar, llegando a su casa, ambas ebrias y sedientas de sexo, nuestras hormonas lo ordenaban, nuestros cuerpos se deseaban, comenzamos con besos y luego de besos seguimos en el cuello, no recuerdo como terminamos en su cama, ella destrozando mi ropa y besando cada extremo de mi cuerpo, yo excitada por esa mujer solo la veía con placer, mientras mordía mis labios para no hacer ningún ruido ella solo consentía mis placeres más escondidos. 

Cuando retiro mi blusa todo extremadamente sensual, me tomo por la cintura sonrió pícaramente y acabó por entre caricias quitándomela, palpo mis senos aun con el sostén, y decidió removerlo, en respuesta a ello quite su blusa y repetidamente quite su sostén mordí uno de sus sostén con uno de sus gritos de placer agarro mi mentón y lo beso, hizo lo mismo me tiro a la cama una vez más, era una mujer muy fuerte pero hermosa y candente, recorriendo desde mi boca pasando por mis senos y todo mi abdomen llego a mi falda no se y no entiendo el momento en que la retiro no la sentí o siento que la ayude de todas formas da igual comenzó a jugar con su lengua en todas partes en mi entrepierna las acaricio y condenó, un poco más consciente de lo que pasaba aunque endulzada por el placer, tome el control y fue el momento de que ella se venciera ante mi tome sus jeans y los quite, en su entrepierna comencé a jugar y a acariciar y sus senos volví a palpar. 


Ella solo se estremecía de placer solo se retorcía un poco más ante cada caricia, parecía que todo el tiempo que me había conocido me hubiera deseado y así era, desde el momento que la vi me impacto su belleza pero no era lo suficientemente abierta para decirlo, y ella parece que sintió lo mismo. Ya ambas en ropa interior, solo jugando con nuestros senos por miedo a que la otra acabara por asustarse ella que era más atrevida comenzó a jugar de nuevo y con sus labios comenzó a causar placer en mi entre pierna y en lo que dijera todo mi ser, ya no bastaba con que mordiera mis labios para evitar exclamar los gritos de placer ya era mucho lo que sentía, adentro y afuera, frio combinado con lo ardiente de mi entrepierna fue una combinación genial, sintiendo que ya me había hecho sentir más solo sonrío y me beso de nuevo. 


Dispuesta a hacerla pagar descendí por su cuerpo con un camino de besos desde su boca hasta su entrepierna, hice movimientos que nunca entendí con mi lengua y ayudada por mis manos solo la acariciaba y la palpaba, ella retorciéndose y mordiéndose los labios, moviendo las piernas, sudando ambas, solo llego un momento en el que grito ella deseaba ser seducida y deseaba seducirme para ella esa fue la noche. Termine por besarla después de tanto sudar. Nunca pensé ser seducida por una mujer, pero esta vez me encanto ese coctel de feromonas sexual y esas ganas de acabar en la boca y brazos de mi igual, fue una seducción letal, que me gustaría repetir sin duda, con alguien muy similar.

miércoles, 4 de julio de 2012

Un beso en la madrugada, sexo en la mañana, un mordisco en la tarde.



La mañana comenzó normal como siempre fría y algo monótona, era muy temprano para que saliera aun el sol mire el reloj eran más o menos las 5 menos 5, ya en camino a la universidad como todos los días, una fantasía se apareció una bella pelirroja andante y sonriente, no sé si era el motivo del sueño, no sé si era la fantasía maravillada por una noche pintada por la luna que se terminaba o una sola alucinación en aquel momento cuando subía al auto bus la vi de nuevo era tan perfecta, una cintura perfecta, un cuerpo tentador, una cara de muñeca, pero con sus rasgos de picardía no repentina, cabello de un brillante rojo encendido, mirada matadora y sonriente y unos labios pecadores, en ese momento mi cabeza no pensaba y mis estímulos al ambiente se agudizaban, desesperado por seguirla viendo volteaba a todo lado tratando de buscar algo en específico: era ella. Cuando subió al bus ya no habían más lugares y se sentó a mi lado no me aguante las ganas y con un buenos días me Salí de aquel trance, Ella contesto sonriente:- Hola, ¿cómo te va?-. 

Era tentador no seguirle hablando por miedo a quedarme luego sin que decir, era tan perfecta y sencilla tan cordial y tan hermosa. Pero mis palabras siguieron saliendo sin permiso de mi boca y conteste: 

-Muy bien la mañana se puso un poco más bonita ahora, y a ti?. 

Ella contesto alzando las cejas y sonriendo: 

-Ahhh si, que bien yo estoy genial muchas Gracias por preguntar. 

De nuevo mi boca sin preguntarme me traicionó y pregunto a aquella perfecta mujer: 

-¿Siempre viajas a esta hora? 

Ella contesto: 

-No, esta vez tengo que ir a la universidad a arreglar unos asuntos legales, pero nada fuera de lo común odio tener que dejar mi cama a esta hora. Mis Clases ya terminaron. 

Con mi insistencia seguí preguntando: 

-¿y cuál es tu nombre, y que estudias? 

Ella soltó una pequeña risa y contesto con ganas: 

-Comercio y mi nombre es Gabriella. 

Para mi sorpresa estudiábamos lo mismo, y jamás la vi en todo el tiempo que llevaba en la carrera, ¿cómo podía haber ignorado a semejante mujer?, ¿Cómo nunca habérmela cruzado entre pasillos, o entre cambios de clases?, todo se colocaba tan confuso pues por su risa pienso que ella si me conocía tal vez no por completo pero en alguna parte me había visto, inquietantemente deje de hablar y ella pensó me había intimidado y pregunto con una dulce voz: -¿Por qué cayas?, ¿Acaso te confundí?- con una risita asentí ella comenzó a contarme una larga historia, era una estudiante de 4 semestre yo era de 7, me conocía por referencias dadas, nunca pensé que semejante doncella un día preguntaría por mí, yo era flaco, escuálido, blanco y algo pálido, tenía cierta apariencia desgastada por las noches en vela haciendo valer mis estudios, tenía ojos color marrón iguales a los de ella, pero ocultos tras ojeras negras cual mapache, y era lo que se decía castaño, ella era hermosa tanto su presencia como su esencia eran únicas, me dijo que había preguntado por mí porque necesitaba ayuda con sus estudios y una de sus amigas le había hablado de mí. Pero que por suerte con ayuda de los libros y horas de estudio había logrado entender. Y a costa de muchas horas de trasnocho había logrado entender. Estaba deleitado viéndola hablar era ese café que siempre me tomaba en la mañana para despertarme, cuando menos pensé estábamos a puertas de la universidad y ya el conductor nos decía que podíamos descender. Camine con ella hasta la facultad, e iba tarde a clase me tenía  que separar, me dijo: ahora que te conozco un poco más puedo hablarte más de seguido. Ya aunque sea no me dará tanta pena como al principio. Sonrojado y riendo conteste no te preocupes que si necesitas ayuda te la daré. Ella me miro pícaramente, se mordió el labio y dijo está bien, sonrió y partió no podía controlar la lluvia ácida de ideas en mi mente, era hermosa e inquieta y al parecer yo le interesaba, todo el dìa me la pasé pensando en eso y entre números y analistas acabe por no saber qué hacer. 



En la misma noche la encontré de nuevo, esta vez fue más sencillo saludarla, y comenzó a preguntarme acerca de mi día y de mi vida. Nunca pensé que una mujer como esas fuera o estuviera interesada en saber mi monótona vida. Era algo tan propicio de cualquier fantasía nocturna, llego un momento en el que tu voz se condenso con el sonido de la música todo ello se mezcló y si desde un principio te vi hermosa ahora te sentía como si fueras indispensable para mi ambiente y entre todo lo que hablábamos observe tu boca, y tú al parecer lo notaste y reíste me sonrojé un poco y con un beso en la mejilla acabaste por matarme de la vergüenza o de la dicha aún todavía no lo sé entre tanto hablar note que tu observabas mi boca también y mordías tus labios, hice la pregunta más estúpida de la noche: -¿Y si nos besamos?- muerta de la risa lo único que hiciste mientras el color de mi cara aumentaba y el calor me consumía por la pena, agarró de mi camisa y me besó, con fuerza y pasión. Respondí con la misma intención terminamos riendo y abrazados. Cuando termino me dijo fuiste el objetivo que fije desde mi primer semestre pero nunca pensé que me pondrías atención. Reí y le dije: ¿cómo no?! eres hermosa! Solo que como te dije entre libros y números no se de muchos de los que me rodean pero desde esta mañana que te vi me encantaste. Solo rió y dijo: solo bésame y entre beso y beso terminamos excitados después de jugar un rato con nuestros sexos un juego discreto pero coqueto y luego dormidos cuando llegamos a nuestros destinos, terminaste antes que yo, te pregunte por último: Te veré en la mañana? O quizás de nuevo?, Solo contesto: Quizás como una obra de tu mente me verás y escondida entre tus sueños me tendrás de nuevo. Me dio un beso y salió dejando de nuevo mi mente confundida. 


La noche se hizo larga, la busque entre redes sociales y no había registros, tal vez era muy reservada, al fin 5 menos 5 era la hora de volverte a ver, no apareció en ningún lugar y en la tarde la busque en la facultad, estabas allí tan hermosa como siempre, cuando me viste solo sonrío y me besó. Solo conteste con fuerza, y cuando terminó la agarré de la cintura y la abrace no había nada más perfecto. Ese misma noche una noche después de una salida, después de nuestra primera cita, se cumplió mi fantasía tan loca y pasional, arranque su falda con tanta rapidez y fue tan deprisa fue tan repentino disfrutamos uno del otro con tanta pasión entre besos y miel, entre caricias. Era de esas locas mujeres de pasión desenfrenada, cuando quito mi pantalón y mi ropa interior con cada caricia que daba por todo mi cuerpo me hacía estremecer, veía como se retorcía en su propio placer me encantaba hacerla feliz. Cuando todo termino después de una larga madrugada de excitación solo en la mañana habías desaparecido de nuevo, y mi mente aún más confundida por todo lo efímera que era, pero aun así más misteriosa y preciosa.


lunes, 2 de julio de 2012

El cuerpo del pecado y la fiera de ciudad.


Eran las doce menos cuarto, todavía vagaba por las calles con un cigarrillo y el aspecto de siempre: Falda corta, blusa cuello V, Converse desgastados, cabello suelto, un bolso hippie comprado hace mucho tiempo, una actitud matadora y una sonrisa encantadora, ojos tan tiernos como un calvario, solo una persona digna de morir en sus brazos es la que se le ocurriría mirarla y menos hablarle con una sola de sus palabras a sus manos quedarían todas sus más profundas ilusiones y anhelos, la mujer era preciosa, era una epifanía digna y construida de los profundos cuentos de hadas de la antigüedad, era una figura parecida a una ninfa del bosque su hermosura rebosaba los límites normales pero su carácter y su poca ternura la hacían un ser solitario casi inalcanzable, siempre fumando parecía el símbolo hecho real de la muerte y de la tentación, era tan perfecta labios rojos carmesí tan deseosos de ser besados, pero los pocos que se acercaban a ella eran devorados por su encanto y atraídos a la ruina, era peligrosa. 

Su cabello negro que por la cintura llevaba o un poco más allá negro como las alas de un cuervo, brillante suave, algo rizado en las puntas, perfecto. Ojos brillantes pero sin muestras de compasión, de color azul. Una Cintura que en la luz de la luna era matadora, que en la oscuridad era tenebrosa, porque era una sensación, bien marcadas sus caderas, senos proporcionalmente encantadores, piernas de andante, abdomen marcado y perfecto, era una muñeca en universo paralelo, en este era una serpiente hermosa pero muy venenosa, solo al clavar sus labios en los de otros acababa con su vida, dejaba que todas sus ilusiones se perdieran. 

Una de tantas noches seducida por la luna, los aromas de la noche y su constante y nocturno cigarro, alguna nueva de sus víctimas la encontró, pero esta vez aunque no diferente lo mato con uno solo de sus besos, o con un puñal de sus miradas. Sin dejar el cigarrillo y sin desordenar ninguno de sus rizos seguía su camino, todos morían por hablarle pero ninguno se atrevía no querían dejar sus ilusiones muertas, aunque era perfecta.


A la ciudad había arribado un joven francés, de facciones marcadas, cara perfecta, acento tierno, cierta debilidad por el licor y el buen gusto, las mujeres aunque llamativas tenían que ser delicadas e imprecisas, inmedibles, era un poco raro en sus escogencias pero muy selectivo para verlas, una noche dando sus primeras vueltas encontró su destino, a esta marquesina a la que todos le tenían miedo, sin temor y con menor interés le pregunto la hora. Se encontraba un tanto perdido, ella percibió su desinhibición y le hablo eran las 11 y 30 cerca a la hora del ataque, pero esta vez ni ella ni el estaban interesados en ello, ella se interesó en porque una persona como el tan de clase se atrevía a hablarle, y entre tanto y tanto y compartiendo cigarrillos, música, aromas, luz de luna y uno que otro trago de tequila se embriagaron, la mujer perdida y sedienta de pasión causada por la luna llena lo atacó, el con sus preciados modales la rechazo, en el lugar todos dudaron incluso ella de sus intenciones. Como el contesto era algo muy rápido para aquella doncella fuera llevada a la cama solo por una noche de copas. Los Franceses como el distinguían entre el licor y el amor, para ellos no era el dulce veneno de la sedición, Terminando perdida en su embriaguez fue llevada hasta su casa por el francés, confundida entre tanto intento clavar su puñal más letal, no pudo; Vaya oponente fuerte el que tengo, pero nadie se resiste a mis labios. 


Al día siguiente lo llamo y lo citó en el mismo lugar mejor arreglada y más coqueta intento de nuevo seducirlo, el francés aun fascinado por su belleza pero aún prudente cumplió la cita pero no se rindió ante sus deseos. De nuevo la mujer confundida por la gentileza de aquel caballero, le pregunta: ¿por qué simplemente no me besas si tienes ganas, o ¿es qué acaso te crees los rumores?, el gentilmente solo dijo con su dulce acento: Ni lo uno ni lo otro, solo una mujer como tú se tiene que tratar con cautela; eres hermosa pero peligrosa, y todo con el tiempo se va a dar, dejemos que una nube envuelva los deseos y la luna los renueve cada vez. Ella asombrada lo único que hizo fue sonreír. Nunca pensó que un hombre la rechazará y menos la fuera a tratar con tanta delicadeza para ella era nuevo pero le fascinaba. 


Con el tiempo ambos encantados con el otro y sin muertos en la ciudad a manos de aquella mujer, todo estaba bajo control, llego la hora de partida de aquel francés, la mujer no lo sospechaba, era una fiera controlada por el misterio de aquella aventura de intercambio, él no la quería dejar pero su tiempo había terminado, la noche antes de partir dieron fin a su amor y el dio por fin sus ganas de tenerla para sí y ella igual, sin olvidar detalle ella seguía siendo salvaje y única solo un poco más controlada, ya el veneno no desbordaba sus poros cada vez que besaba, termino la fiesta y embriagados por el vodka combinado con tequila, y unas cuantas pastillas, quedaron inmersos el uno en el otro, riendo y soñando, ya en la cama disfrutando después de tantas noches en vela, por fin tenía en sus manos la tela de su falda para arrancar sin tener piedad, para atacar como un caníbal a su rival, el éxtasis de la noche combinado con el aroma de las feromonas y las hormonas en el aire eran uno solo que funcionaban tal melodía ellos arrancaban sus ropas y disfrutaban de ello, quitando su camisa, su sostén, sus jeans, desgarrando su falda, arrancando todo sintiéndose, palpándose, besándose, amándose, todo tan poco pronosticado y tan postergado. Ella era demente era de un apetito sexual poco corriente e intenso y el insaciable por darle más. La métrica perfecta para la noche hecha para ellos. Dormidos antes del amanecer, el despertó minutos antes y dejando una nota desapareció en la vida de ella. 


Cuando despertó solo quedaba su bufanda y su nota, que decía que su intercambió había terminado y que ella era lo mejor que por su vida una vez había pasado. La mujer destrozada volvió a sus andadas y un día vagando en las noches con la bufanda de su francés, de la causa de su desconsuelo, encontró a un hombre que intentaba reconocer pero no recordaba donde lo había conocido, entre tanto pensar y pensar cuando por fin atacó, se dio cuenta que era su francés y el como la sabía controlar la atrajo por cintura y con eso sello un profundo beso en sus labios que nunca podían romper hasta que el amor estuviera consumido. Por ahora la fiera sigue quieta supongo que con su francés ha de estar perfecta. La ciudad tranquila como siempre, pueblo quieto después que aquella doncella fue marcada por el amor de tal francés esta vez.

domingo, 1 de julio de 2012

EL MONSTRUO DE LA CASA DE LA ESQUINA



Estaba cerca la hora, la madre y ambos niños sentados uno frente al otro, faltaba poco para que la bestia alcoholizada llegara a matarlos o hiciera el intento, de tanto tiempo en el mismo sufrimiento se habían acostumbrado. Los niños temerosos a enfrentarse a él y la madre buscando una y otra forma de ocultarlos en el ático los hacia esconder. Los niños exclamaron: -Mamá en el ático no más, no queremos estar allá, queremos enfrentarnos al monstruo que te ataca destruirlo con nuestras armas-. La madre replicó: -El monstruo es grande y feroz y solo yo puede apacentarlo es mejor que se escondan de el-. 

Entre tantos golpes la excusa que quedaba para mostrar su aspecto demacrado era inventar una historia que sus niños creyeran y que la siguieran viendo como la heroína que era, porque ella pensaba que la apariencia de la figura del padre era la que contaba, dejaba que cada noche esa horrible esposo la atacará, moretones, hematomas, sangre, ojos rojos de tantas lágrimas, hinchazón. La Mujer se encontraba cada día más débil y menos dispuesta, con determinación un día lo logró tomo la decisión de acabar con su temor; De enfrentar a la bestia y acabar con todo su sin sabor.


Los niños en casa de su abuela; todo preparado para la faena. Primer acto: Llega el hombre como siempre irritado quejándose de un largo y duro día de trabajo, comienza a alcoholizarse y hasta acabar por intentar desquitarse como siempre.

Segundo acto: El hombre intenta atacar, pero la mujer esta vez no lo deja siquiera llegar. Dentro del grito de guerra que siempre daba intento lanzar su mano contra ella y ella tomándolo lo retuerce y lo controla con ella, la poca consciencia que le queda la pierde tratando de sobreponerse, ella lo hace caer y una vez allí ella con un puñal en la mano comienza a escribir sobre su piel y su sentir. La sangre brota, las lágrimas caen, los gritos salen. El hombre está bajo el control de la mujer ya atado de sus manos y sus pies, la mujer lo lleva a una silla y lo ata con cadenas. Y comienza a torturarlo con cuchillas, todo es tan sombrío y el ambiente de venganza se siente solo al percibir el frio del lugar.






Los charcos de sangre por toda la casa, por todo el lugar. El delantal de cocina bañado quizás lleno de todo el dolor que el mismo había causado. Entre cadenas y mordazas, Cuchillas y tenazas, acabo por matarlo por el sufrimiento y la desesperación, de aquella noche de venganza y de acabar con aquel flagelador. Con su agresor, antes de matarlo por completo paro y la mujer embriagada por la locura de la venganza lo beso y con asco escupió de su boca, la sangre y el sudor de aquella bestia, le escupió en la cara y sintió un alivio propicio de su antigua condena. Y en su cuerpo con las heridas marcaban el sitio donde se encontraba una carta. Por último clavo el último puñal cerca al pecho en dirección al corazón esta vez lo dejo sin aliento tal como el la dejaba después de tantas lágrimas derramadas, fue allí cuando ella entendió que por cada golpe le daba una rosa le regalaba y ya el cuerpo sin vida siguió maltratando hasta que consiguió calmar el alivio de su conciencia. Y en una bolsa negra después de descuartizar aquel cadáver quemo las partes se deshizo de la evidencia y de su rabia. 

Los niños al llegar al día siguiente no encontraron rastros de la escena, era solo ella la que sabía que había sucedido y en la fosa donde lo tiro agrego una carta escrita con tinta corrida de una de las tantas veces que era maltratada. La carta hablaba del amor que sentía pero que ya no encontraba salida, de las atrocidades y de la manera en que ella lo sentía y el despreció que llego a notar. Los niños preguntaban una y otra vez por su padre y ella solo contestaba aquel monstruo un día se convirtió y se lo llevo.

Muñeca Industrial; belleza pasional.



"Era más sencillo tenerte en hasta que antes que el sol saliera que cuando estaba en su máximo esplandor"

Como una vereda industrial todo era muy normal, el sonido de los autos y de el humo de los buses eran el pan de cada día en aquella ciudad, monstruos azules la recorrían y eran solo los las pocas luces las que distinguían en medio de ella, criaturas inocentes que hacían parte del panorama que eran atacadas y acostumbradas a ser uno más del panorama, todo se veía igual pero yo no lo veía con ella, una figura no tan corrompida, no tan igual, una mujer, de tez canela, cabello castaño de ojos marrón, sonrisa cariñosa, sus ojos marrón aunque mostraban cierto símbolo de calor, eran aburridos, por la costumbre a ser parte de la ciudad, por ser parte del clan, su aspecto no distaba de los que la acompañaban jeans desgastados, una camiseta normal, zapatos de bota, en su cabello cadejos con trenzas acompañados por crespos castaños; era una mujer de ver pero NUNCA hablar. Era una preciosa adaptada al ambiente, como un pequeño pajarito que perdió su esencia. En el lugar ella allí miraba no era la primera vez que la encontraba, pero si la única que me deleitaba al detallarla.



Era tan normal y anormal era tan prudentemente no casual, conservando sus toques de indecencia y de locura, de irreverencia, cada gesto que le veía era genial, como se movía, como hablaba, como se expresaba, era bastante gesticulosa, se notaba que era una revolucionaría de raza pura, una mujer atraída por los ideales de una libertad paciente. En el lugar la veía lejos, mientras conversaba con lo que llamaba sus amigos o conocidos quizás, para mi seguía siendo hermosa, probablemente una socióloga, o una politóloga, todavía no sabia solo la observaba paciente y algo imprudente.

Dentro de mi torpe observación y mi inquietante embeleso, ella lo noto y me lanzó una mirada quebradora, una ametralladora le quedo corta, su impacto fue letal; sonrojado solo baje la vista y me aleje lo más rápido que pude, de pronto sentí que alguien estaba detrás de mi, supuse que era alguien que me buscaba, o alguno de mis compañeros, cuando escuche, una voz dulce pero ruda: -Oye, tu ven, el mirón- no creía que fuese ella sino uno de sus conocidos o de sus amigas allí presentes, cuando voltee era ella, estaba jugando con la pluma terminal de su arete, le pregunte muy temeroso:-¿que necesitas?, solo me contesto:- ¿Quieres venir con nosotros?- Accedí allí  nos devolvimos, en el camino devuelta sonriente me dijo: - y tu pequeño, ¿Cuanto años tienes? o mejor ¿Por qué me observabas tanto?. Riendo temerosamente y sonrojado hasta en las orejas, sentía que la temperatura subía más y más, Solo conteste para cambiar el tema: tengo 18. Cuando la voltee a mirar estaba perpleja, solo dijo aparentas menos. Continuo riendo y caminando le pregunte que hacía allí me contesto solo soy una más de esta masa industrial, desde allí la apode muñeca industrial.



Me quede toda la tarde y la noche entera, sus amigos raros, pero cómicos, pero ninguno con el brillo de ella, será por la fascinación en la que estaba que no la veía igual, ellos eran parte de la más ella no; era diferente más brillante más consagrada, más pura, pero aparentaba algo más tenía algo oculto, algo que debía descubrir, era alucinante todos los secretos que ocultaba. Allí hasta la noche nos quedamos no quería partir, de allí el ambiente de lo que ellos llamaban psicódelico, eran drogas y licor más licor en medio de un parque ella estaba allí para hacer parte del clan pero no participaba de esas prácticas, era tan parte de ellos como tan excluida de ellos no la entendía.

Pasaron los días y yo seguía viéndola igual o mejor antes, con todo lo que aprendía de ella solo veía con un deseo más sexual, la quería atar a mi y no dejar que nunca se fuera, solo era una mujer un pájaro libre tratando de ser diferente, sin acabar con su vida, lamentablemente aquellos que compartían su pensamiento eran no completamente conscientes. Ella si, esa era la diferencia, su rudeza estaba marcada por una vida mal llevada desde pequeña fue criada para ser fuerte, y aunque sus marcas lo demostraban era su sonrisa la que la delataba, era dulce y tierna fuerte y su mirada era otro signo de soledad y trabajo pero de fuerza y resistencia y más que nada de dulzura.

Había tenido una vida difícil pero me encantaba. Una noche en una fiesta, envenenados por el alcohol, terminamos en su cama no sabía como una criatura que ya consideraba hermosa se volviera más sensual, la noche fue muy corta para todo lo que quería disfrutarla, ella se sentía completa era feliz sus ojos brillaban como nunca antes y se sentía parte de mi como yo de ella. Definitivamente la muñeca industrial tenia un lado oculto un lado más sexual y más sublime que escondía de sus conocidos, estaba simplemente adaptada al ambiente.

Al día siguiente, desaparecida de mi vista solo la vi allí en un rincón cuando me acerque solo huyo, parecía que la anterior noche hubiera sido uno de mis mas locos sueños, que nunca hubiera sucedido, pero era imposible por más deseosa que estuviera mi mente no podía haber recreado tal escena, y la mujer solo huía de mi cual acosador viera, no quería siquiera mirarme a los ojos, ¿todo este tiempo todo eso fue acaso producto de mi imaginación? esa era una de las tantas ideas que se me venían a la mente. Pero la más frecuente era: ¿Quien entiende a semejante mujer?. Con los días olvide todo el asunto de aquella noche y me concentre de nuevo en mi vida, en mi carrera y más importante en sobreponerme, el golpe había sido bajo, ella era una más de tantas. La termine odiando y olvidando.

Luego de un tiempo la volví a ver acostumbrada a su entorno, la mire de nuevo y conservaba ese brillo de hermosura a flor de piel, de belleza en cada poro, definitivamente el verle era mi debilidad, pero ya la conocía lo suficiente para volver a caer; la naturaleza del hombre es débil y normalmente caí de nuevo ante ella, en la noche de nuevo fue maravilloso a ella le gustaba hacerme sufrir le gustaba hacerme decaer ante sus encantos, ante su silueta, era sensual, era hermosa, era perfecta, y en la cama solo imaginarla me pone la piel de gallina y la mente se llena de recuerdos bastante atrevidos, de una forma u otra era una necesidad para mi y yo en una forma extraña una para ella, compañeros de cama. Según ella era conmigo a la única persona que le podía mostrar su verdadero arte, el sexo para ella era la forma más sublime de entrega y de arte humano.

Por semanas continuamos así actuando como desconocidos frente al público y en las noches descubriéndonos cada vez más era lo que habíamos acordado, pero ya no podía quería o deshacerme de ella o tenerla completamente en una de las tantas noches mientras nos vestíamos le comente la idea, quedo perpleja casi como cuando le comente mi edad, no pensó que fuera tan enserio que estuviera tomando las cosas. Me contesto me duele dejarte pero prefiero mi reputación que mi placer. Con rabia termine de ponerme el jean y le dije por eso es que PUTAS Como tu siempre quedan solas. No controle mis palabras no sabía como calmar mi ira, ella solo termino de colocar su falda y salió llorando a tientas, estaba tan concentrado en hacerla sentir mal que olvide que la amaba. Tanto tiempo disfrutando de la pasión con ella habían causado ese efecto, Cuando caí en la cuenta ella ya salía de mi casa y no tuve tiempo de alcanzarla.

Por esos días no supe de ella, nada ni por textos ni por chat, facebook o twitter NADA, absolutamente nada se desapareció, decidí hablar con sus amigos, me advirtieron en un tono bastante retador que me alejará de ella y de su mundo solo terminaría por herirla otra vez. Decidí de nuevo dejarla y dejar con ella mi placer, mi pasión y más importante mis sentimientos. Continué de nuevo a mi paso, a mi andar por el camino.

Pasaron unos cuantos meses ya fuera de ese lugar de esa universidad, estaba apenas de vuelta de un viaje largo nunca espere encontrarla estaba cambiada y era la figura que quería la mujer que me mostraba, cuando me vio estaba casi al otro lado de la acera, cruzó solo para verme y solo para saludarme no creía verla así era esa mujer que se presentaba ante mi cada noche y que le destrozaba la ropa cada vez que la veía, me propuso salir en la noche me dejo su teléfono, era nuevo, parecía una anti-ella, parecía la versión contraría a la muñeca industrial que un día conocí.

En la noche, en el café donde me citó muy a las 7 en punto estaba ya, arreglado con una camisa decente, un peinado formal, era casi todo un señor, ella muy hermosa apareció por la puerta con el cabello arreglado, una falda corta como las que solían usar todas esas atractivas mujeres a las que mi falta de comunicación no permitió acercarme durante el viaje, Cabello arreglado sus crespos castaños perfectamente sueltos, no habían rastros de trenzas pues había crecido y estaba por su cintura, una blusa blanca con un fondo de tiras casi del mismo color, sandalias, Nada parecido a la industrial preciosa que había admirado el primer día, ambos nos sentamos, comenzó a preguntarme acerca del viaje y de como seguía mi vida, me pidió disculpas por no haberse despedido, deje como mil mensajes antes de irme. Acto seguido a eso tomo mi mano y me dijo muy suave y certera buscando una respuesta verdadera: -¿Cómo esta tu corazón?, en ese momento solo se me quebró un tanto la voz no supe que hacer. Salí corriendo casi huyendo de allí.

Al día siguiente le textee diciendo que no era que no quisiera contestar la pregunta solo que era muy complicado contestarle eso, allí justo ahí donde ella me lo pedía, que quería contarle todo mi viaje, y le propuse otro encuentro a las 8 en uno de los restaurantes más famosos de la ciudad, me contesto solamente con un allí estaré, cuando llego, era la más bella del lugar o bueno quizá para mi lo era, un vestido corto pegado al cuerpo sus crespos arreglados, como siempre zapatos bajos, seguía odiando los tacones, tenía aun su pensamiento que eran conspiraciones para hacer sufrir a las mujeres.

Se acerco a la mesa me pare la salude con un beso en la mejilla casi en la boca, la deseaba ahora más que nunca en ese minuto en ese lugar, comenzamos a hablar le conté todo y le conté que no había salido con nadie durante mi estancia fuera, su pregunta inmediata fue un por qué risueño y muy natural, solo le respondí: con mi acento normal o quizás adaptado de nuevo: -vos no sos buena, vos sos una maldita adicción que hasta mis besos se llevo-, pensando que huiría como la última vez solo se acerco y rió y mientras estaba confundido robo uno de mis besos. Cuando termino solo me dijo: -te devuelvo uno de tantos-. De nuevo confundido le pregunte: -¿Por qué haces esto? y ¿Por qué tu cambio?, fue tan radical-. Me explico que cuando me fui se dio cuenta de lo superficial que había sido y que realmente quería seguir compartiendo tiempo conmigo no solo por que me deseaba y sino porque yo la conocía tal cual como era. Esa noche al terminar la cena robándose otro de mis besos me tomo de la mano y me llevo en un camino por la ciudad, me contó todo y hasta el más intimo y pequeño detalle de lo que había hecho mientras no estuve. Nunca pensé que alguien como ella llegase a extrañar a alguien como yo.

De nuevo con la luz de la luna nos embriagamos terminamos en la cama disfrutandonos el uno del otro y tratando de pagar la factura por tanto tiempo perdido sin ningún símbolo de pasión entre los dos, fue como un encuentro satisfactorio entre los dos, a la mañana siguiente estaba de nuevo allí tan tierna y tacita, tan quieta y tranquila, dormida. Era lo mejor que me podía suceder, era ella, esa muñeca industrial ya no tan industrial era toda mía y con besos robados y con palabras guardadas en silencio por tanto tiempo estaba allí en mi cama a la mañana siguiente y dispuesta a disfrutar una eternidad conmigo en esa vereda industrial que un día me la dio a mostrar como una figura más.