La mañana comenzó normal como siempre fría y algo monótona, era muy temprano para que saliera aun el sol mire el reloj eran más o menos las 5 menos 5, ya en camino a la universidad como todos los días, una fantasía se apareció una bella pelirroja andante y sonriente, no sé si era el motivo del sueño, no sé si era la fantasía maravillada por una noche pintada por la luna que se terminaba o una sola alucinación en aquel momento cuando subía al auto bus la vi de nuevo era tan perfecta, una cintura perfecta, un cuerpo tentador, una cara de muñeca, pero con sus rasgos de picardía no repentina, cabello de un brillante rojo encendido, mirada matadora y sonriente y unos labios pecadores, en ese momento mi cabeza no pensaba y mis estímulos al ambiente se agudizaban, desesperado por seguirla viendo volteaba a todo lado tratando de buscar algo en específico: era ella. Cuando subió al bus ya no habían más lugares y se sentó a mi lado no me aguante las ganas y con un buenos días me Salí de aquel trance, Ella contesto sonriente:- Hola, ¿cómo te va?-.
Era tentador no seguirle hablando por miedo a quedarme luego sin que decir, era tan perfecta y sencilla tan cordial y tan hermosa. Pero mis palabras siguieron saliendo sin permiso de mi boca y conteste:
-Muy bien la mañana se puso un poco más bonita ahora, y a ti?.
Ella contesto alzando las cejas y sonriendo:
-Ahhh si, que bien yo estoy genial muchas Gracias por preguntar.
De nuevo mi boca sin preguntarme me traicionó y pregunto a aquella perfecta mujer:
-¿Siempre viajas a esta hora?
Ella contesto:
-No, esta vez tengo que ir a la universidad a arreglar unos asuntos legales, pero nada fuera de lo común odio tener que dejar mi cama a esta hora. Mis Clases ya terminaron.
Con mi insistencia seguí preguntando:
-¿y cuál es tu nombre, y que estudias?
Ella soltó una pequeña risa y contesto con ganas:
-Comercio y mi nombre es Gabriella.
Para mi sorpresa estudiábamos lo mismo, y jamás la vi en todo el tiempo que llevaba en la carrera, ¿cómo podía haber ignorado a semejante mujer?, ¿Cómo nunca habérmela cruzado entre pasillos, o entre cambios de clases?, todo se colocaba tan confuso pues por su risa pienso que ella si me conocía tal vez no por completo pero en alguna parte me había visto, inquietantemente deje de hablar y ella pensó me había intimidado y pregunto con una dulce voz: -¿Por qué cayas?, ¿Acaso te confundí?- con una risita asentí ella comenzó a contarme una larga historia, era una estudiante de 4 semestre yo era de 7, me conocía por referencias dadas, nunca pensé que semejante doncella un día preguntaría por mí, yo era flaco, escuálido, blanco y algo pálido, tenía cierta apariencia desgastada por las noches en vela haciendo valer mis estudios, tenía ojos color marrón iguales a los de ella, pero ocultos tras ojeras negras cual mapache, y era lo que se decía castaño, ella era hermosa tanto su presencia como su esencia eran únicas, me dijo que había preguntado por mí porque necesitaba ayuda con sus estudios y una de sus amigas le había hablado de mí. Pero que por suerte con ayuda de los libros y horas de estudio había logrado entender. Y a costa de muchas horas de trasnocho había logrado entender. Estaba deleitado viéndola hablar era ese café que siempre me tomaba en la mañana para despertarme, cuando menos pensé estábamos a puertas de la universidad y ya el conductor nos decía que podíamos descender. Camine con ella hasta la facultad, e iba tarde a clase me tenía que separar, me dijo: ahora que te conozco un poco más puedo hablarte más de seguido. Ya aunque sea no me dará tanta pena como al principio. Sonrojado y riendo conteste no te preocupes que si necesitas ayuda te la daré. Ella me miro pícaramente, se mordió el labio y dijo está bien, sonrió y partió no podía controlar la lluvia ácida de ideas en mi mente, era hermosa e inquieta y al parecer yo le interesaba, todo el dìa me la pasé pensando en eso y entre números y analistas acabe por no saber qué hacer.
En la misma noche la encontré de nuevo, esta vez fue más sencillo saludarla, y comenzó a preguntarme acerca de mi día y de mi vida. Nunca pensé que una mujer como esas fuera o estuviera interesada en saber mi monótona vida. Era algo tan propicio de cualquier fantasía nocturna, llego un momento en el que tu voz se condenso con el sonido de la música todo ello se mezcló y si desde un principio te vi hermosa ahora te sentía como si fueras indispensable para mi ambiente y entre todo lo que hablábamos observe tu boca, y tú al parecer lo notaste y reíste me sonrojé un poco y con un beso en la mejilla acabaste por matarme de la vergüenza o de la dicha aún todavía no lo sé entre tanto hablar note que tu observabas mi boca también y mordías tus labios, hice la pregunta más estúpida de la noche: -¿Y si nos besamos?- muerta de la risa lo único que hiciste mientras el color de mi cara aumentaba y el calor me consumía por la pena, agarró de mi camisa y me besó, con fuerza y pasión. Respondí con la misma intención terminamos riendo y abrazados. Cuando termino me dijo fuiste el objetivo que fije desde mi primer semestre pero nunca pensé que me pondrías atención. Reí y le dije: ¿cómo no?! eres hermosa! Solo que como te dije entre libros y números no se de muchos de los que me rodean pero desde esta mañana que te vi me encantaste. Solo rió y dijo: solo bésame y entre beso y beso terminamos excitados después de jugar un rato con nuestros sexos un juego discreto pero coqueto y luego dormidos cuando llegamos a nuestros destinos, terminaste antes que yo, te pregunte por último: Te veré en la mañana? O quizás de nuevo?, Solo contesto: Quizás como una obra de tu mente me verás y escondida entre tus sueños me tendrás de nuevo. Me dio un beso y salió dejando de nuevo mi mente confundida.
La noche se hizo larga, la busque entre redes sociales y no había registros, tal vez era muy reservada, al fin 5 menos 5 era la hora de volverte a ver, no apareció en ningún lugar y en la tarde la busque en la facultad, estabas allí tan hermosa como siempre, cuando me viste solo sonrío y me besó. Solo conteste con fuerza, y cuando terminó la agarré de la cintura y la abrace no había nada más perfecto. Ese misma noche una noche después de una salida, después de nuestra primera cita, se cumplió mi fantasía tan loca y pasional, arranque su falda con tanta rapidez y fue tan deprisa fue tan repentino disfrutamos uno del otro con tanta pasión entre besos y miel, entre caricias. Era de esas locas mujeres de pasión desenfrenada, cuando quito mi pantalón y mi ropa interior con cada caricia que daba por todo mi cuerpo me hacía estremecer, veía como se retorcía en su propio placer me encantaba hacerla feliz. Cuando todo termino después de una larga madrugada de excitación solo en la mañana habías desaparecido de nuevo, y mi mente aún más confundida por todo lo efímera que era, pero aun así más misteriosa y preciosa.
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