Quizás no era sencillo admitir que estaba dejando formar en mí una cicatriz, una herida tan grande como el cielo y tan honda como el suelo, quizás prefería botar todos los sueños por una caneca a dejar que mi ego sufriera, pero tenía que ser perfecta, tenía que mostrar que podía, tenía que ser fuerte, con los días el desespero aumento y las salidas eran pocas, lo que pasaba por mi mente en las pocas horas de sueño era muerte, era mi figura sujetando un puñal y clavandolo justo en su mitad, era clavando estacas en mis uñas, retorciendome en el suelo por haber ingerido veneno, todas las opciones que encontraba tan iguales pero todas tan diferentes, buscaba una forma de acabar ya con ese sufrimiento con ese dolor, con esa amargura en mi interior, nada tenía sentido nisiquiera el sincope de una hermosa melodía en medio de un parque o las luces bellas de la noche abrumadora, nada era lo suficiente nada me llenaba completamente.
Entonces apareció el castigo predilecto para cada error, aquel bisturí que separo mis tejidos; que con mi sangre se bañó que cual espada utilice para derrotar cada error desde las muñecas y los brazos ya no eran suficientemente buenas solo las rallas, quería más, deseaba más sangre, como si eso solucionará el problema, encontrar un tóxico ingerible para mi muerte no era difícil pero tal vez la fuerza que necesitaba aquel acto no la tenía, pensaba que era más sencillo tomar solo las cosas como un castigo y seguir siendo esclava de mi propia tristeza, de mi infelicidad.
Ni siquiera un perfecto día soleado era hermoso, todo aburría y todo lo que quería era una salida, llena de moretones y de rayas, de palabras en los brazos un día entre sus movimientos cayo en la confusión y a crear imágenes sepia y montar una película que ni ella se imaginaría toda su vida tan inocente un día cayo en la confusión de dejarse llevar por el mismo rencor de su amargura contenida y así insistió hasta que acabo casi loca y llorando cada noche su desgracia, después de fingir sonrisas todo un día, y un día con los ojos rojos acabo por fin con todo lo que la hacia sufrir su misma vida desafió y clavando un cuchillo en medio de su corazón aquella niña inocente murió dejando como memoria el diario de su desesperación.
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