Mientras hablabas tu constante jugueteo entre labios y dientes, mostrando deseo o jugando solamente con ellos, Me encantaba, tu mirada tan fija como yo pensaba en un objetivo, una sonrisa digna de una boca casi provocativa, pasional, tan inquieta sentada allí, mirando, Hablando, tan Traviesa que en tus adentros encontrabas pequeños pedazos de lo que eras. De los labios, al cabello y pasando por tus senos y tu dorso, te quería envolver en los velos de mis sabanas, te quería arrullar en mis brazos hasta la mañana, cada una de tus palabras me conducía a pensarlo más a que me atará más a amarte no solo por una noche si no de desearte el resto de mi vida. Esa falda y el humo del cigarrillo que fumaba solo me hacian pensar en esas caderas, escondidas tras esa tela, en tu cintura recubierta perfectamente por un cinturón, lucias tal como una pequeña niña y tu voz tierna. Eras esa muñeca, esa bella que deseaba con todas mis ganas.
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